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5 Consejos para Practicar una Crianza Respetuosa con tu Toddler sin Perderte a Ti Misma

  • dassahling
  • 28 ene
  • 3 Min. de lectura

La maternidad, especialmente cuando se trata de criar a un toddler, puede ser un viaje intenso lleno de amor, desafíos y descubrimientos. En este camino, es esencial que, como madre, te recuerdes que tu bienestar es tan importante como el de tu hijo. En la crianza respetuosa, valoramos profundamente la conexión, la empatía y la comprensión. Sin embargo, también debemos reconocer la importancia de cuidarnos para poder estar presentes y ser las mejores versiones de nosotras mismas. Aquí te comparto 5 consejos desde una mirada humanista, para que puedas integrar la crianza respetuosa sin dejar de lado tu esencia como madre.


1. Reconoce tus emociones y las de tu hijo

Cada día con un toddler puede ser una montaña rusa emocional. Como madre, a menudo te enfrentas a la presión de "hacer todo bien" mientras gestionas tus propias emociones. Practicar una crianza respetuosa implica estar consciente y validar tanto tus emociones como las de tu hijo. Al aprender a escuchar y aceptar tus sentimientos, podrás responder con mayor compasión hacia ti misma y hacia tu pequeño. Este proceso de aceptación te ayuda a vivir de forma más auténtica y equilibrada, tanto en tu rol como madre como en tu ser integral.


2. Crea rutinas flexibles que nutran el vínculo

El concepto de rutina en la crianza respetuosa es fundamental porque proporciona seguridad y bienestar emocional. Sin embargo, estas rutinas deben ser flexibles y adaptarse a las necesidades de cada momento. En lugar de buscar una perfección rígida, opta por rituales sencillos que fortalezcan el vínculo afectivo con tu hijo, como leer juntos antes de dormir o disfrutar de un rato de juegos sin prisas. Al mismo tiempo, asegúrate de incorporar en esas rutinas momentos de cuidado personal para ti, como tomar una taza de té en silencio o respirar profundamente durante unos minutos.

3. Permítete ser humana: la imperfección es parte del proceso

La crianza respetuosa no se trata de alcanzar un ideal de perfección. Al contrario, es un proceso de aprendizaje mutuo, en el que tanto tú como tu hijo se están descubriendo cada día. Como madre, a veces sentirás que no puedes con todo, y eso está bien. Permítete ser humana, con tus errores y aciertos. En lugar de centrarte en las expectativas sociales, enfócate en la conexión genuina con tu hijo y en la relación que están creando juntos. La paciencia contigo misma y la autoaceptación son esenciales para que puedas nutrir a tu hijo de una forma más auténtica y amorosa.

4. Busca espacios de apoyo y comunidad

Uno de los aspectos más poderosos de la maternidad humanista es reconocer que no estamos solas. La conexión con otras madres y padres que comparten los mismos valores de respeto y empatía puede ser un gran apoyo. Ya sea en círculos de madres, grupos en línea o en tu comunidad, compartir experiencias y consejos te ayuda a sentirte acompañada y menos abrumada. Además, el apoyo de una red de confianza también te da el espacio para cuidar de ti misma, lo que se traduce en una mejor calidad de vida para ti y tu hijo.

5. No te olvides de ti: El autocuidado es esencial

El autocuidado no es un lujo, es una necesidad. En la maternidad, es fácil olvidarse de uno mismo mientras se pone toda la energía en el cuidado de los demás. Sin embargo, para poder ofrecer lo mejor de ti a tu hijo, primero debes cuidar tu cuerpo, mente y alma. Elige actividades que te nutran: leer, hacer ejercicio, meditar o simplemente descansar. Al reconectar contigo misma, logras estar más presente en el día a día y mantener el equilibrio emocional necesario para una crianza respetuosa.


La crianza respetuosa es un camino lleno de amor y empatía, pero también de autoconocimiento y autocompasión. Como madre, es esencial que te cuides y te reconozcas en todo tu proceso, sin juzgarte ni exigirte perfección. Al cuidar de ti misma, puedes ofrecer lo mejor de ti a tu/s hijo/s, creando un entorno de respeto y amor donde ambos crezcan y aprendan juntos.

Hadassah Ling

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